Loa a un amigo que marchó…
Este año la navidad fue amarga. El turrón, el mazapán, la fruta escarchada fueron dulces incapaces. El frío fue mas frío y las ausencias tópicas se concretaron. Las bolitas loteras con su run run se tornaron carbón de reyes.
Murió Benito, Benito Galán. Si, Benito, nuestro Benito, el que siempre estaba, el que jamás dejaba de sonreir, el de la palabra positiva, el de la búsqueda continua, el asociado en todo, el participador, el ciudadano de Rivas Vaciamadrid.
Murió Benito y las calles, los árboles, las rotondas, los vecinos ripenses echarán de menos sus paseos, la presencia ubícua de su figura bonachona siempre cerca aureolando de bondad nuestro paisaje.
La vida sigue y la ciudad asume sus referentes, se nutre de ello y con ello se dignifica.
Gracias Benito por haber humanizado nuestra vida, por haber palmeado nuestros hombros, por haber respirado nuestro aire.
Gracias. Hasta siempre compañero. |